Al saber que podría hacer un blog dentro de mi web, pensé “por qué no?!”. Me parece una buena oportunidad para compartir con quien lo lea, lo que ronda por mi cabeza y mi cuerpo en cuanto a terapia, que quizás a ti te interese porque todos somos humanos y compartimos muchas experiencias (más de las que habitualmente creemos). También me encanta escribir, así que ésta me parece la ocasión perfecta para ello.
Me parecería oportuno presentarte el tipo de contenido que encontrarás en este blog. Pero me conozco, y sé que soy una persona que le deja fluir a determinadas cosas. Permitirse fluir.
Quizás ésta sea la cuestión… PERMITIRSE. Muchas cosas empiezan por esto, ¿no te parece?
¿Lo habías pensado alguna vez?
Así que voy a permitirme compartir contigo lo que me vaya surgiendo. Porque si surge, quizás sea por una buena razón. Y, a la vez, siento que me estoy cuidando, porque dejo margen para aquello que vaya sintiendo, sin obligarme a ir “por un carril” que a lo mejor en cierto momento no me representa o no resuena conmigo.
Personalmente, es una palabra que me gusta mucho: permitirse. Cuando nos permitimos algo, le estamos dando espacio en nuestras vidas, le estamos dando valor a algo. No es que si no me lo permito no lo tenga, porque puedo saber que lo tiene. Es que si me lo permito, me lo dejo sentir. Y cuando sentimos, las cosas calan en nosotros y nosotras de otra forma.
Así que, para empezar, te invito a que te escuches. A que te dejes sentir, y ver qué es eso que necesitas permitirte. Sé que esto a veces puede llegar a conectar con el miedo, así que si es así, recoge esta emoción también, pues todo forma parte de ti y tiene un sentido para tu ser.
Te espero en la siguiente entrega.
Cuídate mucho.
